sábado, 15 de octubre de 2011

lunes, 26 de septiembre de 2011

domingo, 18 de septiembre de 2011

Seis palabras (2)


- Hola, puedo pasar?

- Si…claro…adelante

Laura se sentó  en la butaca del comedor, hasta unos instantes más tarde no decidió mirarme a los ojos. Cuando por fin lo hizo, pudo comprobar como mi rostro había perdido todo tipo de felicidad, de vida, observaba un cuerpo vacío. Piel y carne. Podía ver mi declive, mi gran agonía.

- Vengo del hospital. Acabo de abortar.

Seis palabras. Tan solo fueron eso. Seis palabras que recordaré siempre, que cuando vengan a mi mente cuando sea un anciano, seguiré sintiendo ese mismo pinchazo que quebró mi estómago. No había visto a Laura desde hacía siete meses. Nos encontramos en el 60’s. Bebimos tanto que volvimos a amarnos por una noche. No nos importaron las peleas, ni los desencuentros, tampoco los gritos a altas horas. Solo ella y yo, juntos por esa noche. Desapareció. No respondió a mis llamadas, no pude encontrarla en su casa, tampoco en el trabajo. Desapareció.

Ahora se sienta en mi butaca y pronuncia esas seis palabras. Tan solo eso. No dije nada. Cogí el paquete de tabaco de la mesita, saqué uno de los cigarrillos y me lo puse en los labios. Jugueteé con él poniéndomelo entre los dientes mientras le ofrecía uno a Laura. Hizo que no con la cabeza, agachó la mirada y cerró los ojos. Mientras me encendía el cigarrillo se levantó y se marchó de nuevo.

Ese día hacía un año y 2 meses que mi enfermedad había desaparecido. No había vuelto a tener esas horribles náuseas, no había sangrado más por la nariz, los hematomas habían desaparecido y mi pelo había dejado de caerse. Mis manos volvían a responder a las órdenes que mi cerebro les enviaba. Empezaba a sentir que había vuelto en mi. Sin embargo me miraba al espejo y caía en la cuenta de que había perdido la batalla. Mi piel estaba llena de arrugas, a mis ojos les rodeaban una especie de globos morados que llegaban hasta donde acababa mi nariz. Solo me quedaba algo de pelo a los lados de la cabeza y mi barba se había vuelto completamente anarquista. Pesaba 42 kilos. Las secuelas eran peor que la enfermedad. Deseaba volver a estar enfermo. Lo deseaba con todas mis fuerzas.

- Tengo que ir a comprar, necesito leche.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

"Mi enfermedad" (1)


-“Leche Entera. 1 litro”. Esta servirá.

Me dirigí a la caja para salir de allí cuanto antes. La cajera parecía abducida por algún espíritu que se había introducido en su mente y la violaba una y otra vez. Tuve que toser varias veces hasta que al final pudo darse cuenta de que estaba allí, delante suyo. Solo quería pagar la leche, meterla en una bolsa e irme a casa a tirarme en el suelo y emborracharme hasta perder el conocimiento.
No hice ninguna intención de saludar a la portera, ni una triste mirada que le hiciera indicar que le deseaba, al menos, un día aceptable. Nada. Crucé la puerta, corrí hacia las escaleras, entré en mi casa y allí acabó todo. Después de eso solo tuve valor para beber.


Entraba una pequeña luz a través de la persiana. Miré el reloj de la mesita que había comprado en la tienda de antigüedades. Las 10:30. La luz venía del 60’s, el bar donde conocí a Laura, donde la vi por primera vez. Me extrañó que estuviera abierto a esas horas, pero no le di más importancia. Al intentar levantarme del suelo noté como mi cuerpo había decidido castigarme por mi mal comportamiento. Mi espalda hizo un crujido que me pareció que llegaba hasta mi cerebro. Mi cabeza crujía. Podía volver a sentir mi enfermedad. Allí estaba de nuevo. Acompañándome en esa mañana soleada de otoño. 

- Mi enfermedad.

Me preparé un ruso blanco para desayunar y me senté en la mesa del despacho. Sobre la mesa solo había una máquina de escribir, un par de bolígrafos y algunos folios en blanco. Me senté en la silla y empecé a escribir todo lo que pude.

martes, 6 de septiembre de 2011

Mural


"Mi tierra... La dignidad"
2011

miércoles, 27 de julio de 2011

Ella.

- Dígame?

- Hola buenos días le llamo de la tintorería, ya puede usted venir a buscar sus prendas cuando quiera

- Disculpe pero se equivoca, yo no he dejado nada en ninguna tintorería

- No es usted el señor Reeves?

- Pues no, aquí no es, disculpe pero tengo cosas que hacer. Adiós

Nada que hacer. Desde que colgué el teléfono esa mañana no ha vuelto a llamar nadie. 2 meses y 14 días. Ni una sola llamada. Sin noticias del mundo exterior, ni de mi mismo…ni de ella. Debería ir a trabajar, ganar algo de dinero, afeitarme, ducharme, comprar una casa, tener hijos, nietos, incluso escribir un libro y plantar un árbol; pero tengo sueño. Hoy hace 2 semanas exactas que no duermo. Tengo mucho sueño. El otro día me quedé mirando la tostadora durante 2 horas y media. Digo 2 horas y media como podría decir 7. No tengo relojes, no tengo ni televisión ni radio. El periódico me parece algo absurdo, lo compraría hoy pero mañana ya estaría caducado. Inútil.

Ella.

Crecí con ella. La conocí siendo yo un niño. Era guapísima. Estábamos todo el día juntos, no nos separábamos para nada. Fuimos creciendo y conociéndonos cada vez mas, no hacían falta palabras y casi ni los gestos. Yo sabia que ella estaba allí, que no me iba a fallar nunca, que siempre me acompañaría. Vivía por ella. Moría por ella. La engañé. No fue porqué no la quisiera, ni para hacerle daño. Fue por amor. Ella me lo perdonó y seguimos juntos durante mucho tiempo. Todo era perfecto hasta que se fue. Me dejó hace casi 3 meses. Hay días en los que me pregunto si he muerto, si esto es ese cielo del que tanto hablan los cristianos. Solo espero que si existe ese cielo, sea así.

-Dígame?...Hola…Cómo estás?...Yo muy bien…

En ocasiones pienso cuando no había teléfonos, ni radios, ni televisores…cuando no había nada. Es posible que hubiera algún tiempo en el que existiera la nada? Un tiempo en que no existía el tiempo, ni la amistad o el odio, ni el amor, ni las pequeñas cosas. Cuando no había nada. En este tiempo me digo a mi mismo que en mi vida no hay nada, que está vacía, pero existe realmente la nada? Existo yo? Y si existo, porque mi existencia significa nada para mi. Es un error pensar en que hubo un tiempo en el que no había tiempo? Ya lo creo que existe, yo vivo en él, en ese tiempo que no corre pero me envejece.

jueves, 16 de junio de 2011

lunes, 13 de junio de 2011

T

Acrílicos. 100x70

jueves, 5 de mayo de 2011

miércoles, 4 de mayo de 2011

Portraits

Vincent Gallo

Quentin Tarantino

Jean-Luc Godard
James Dean

Clint Eastwood